Saltaban corazones maltratados por todo el ancho del río marrón
Las nubes lo envolvían como el tiempo nos atrapa y nos vive.
Y observábamos una que otra mirada que nos causaba gracia
Sin saberlo nos reíamos y llorábamos porque simplemente creemos que todo lo sabemos.
Nada cambiará porque el sol y la luna jamás lo hacen
Y fieles a ellos seguiremos nuestros rumbos como siempre lo hemos hecho.
Puede que la impaciencia y la histeria hormonal acaben con mi cabeza
Pero no quiere decir que mi corazón no palpite junto a las notas de esta canción
Que se repite indefinidamente dictándome versos acústicos y misteriosos.
Te sonrió y te miro estudiándote como matemática exacta
Queriendo deducir la razón por la cual apareces en este límite que anuda mi garganta y enceguece mi visión con lágrimas de sal y licor.
Y nunca me enseñaron a hablar poéticamente como los grandes maestros
Ni a meditar como los sabios orientales - Pues con eso aprendí a convivir.
Aquí me encuentro, con los defectos que moldean mi figura intentando no caer en la tentación.
En aquella tentación que me llama a las barreras de la auto-flagelación.
Hechos en el cielo y en la tierra crecimos siempre proyectando misiones
Pero nunca comprendimos que, tal vez, la misión éramos nosotros.
Y cuento los minutos de celular y los besos que nunca te regalé
Las palabras que escribo y las frases que no digo.
Callo las vergüenzas que no escondo y hablo melodías sin sentido.
Y te miro una vez más para continuar estudiando lo que en tu corazón está y lo que tus ojos reflejan ser.
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